Muchas veces, cuando los padres me vienen a consulta me suelen decir: “Esto que le pasa a nuestro hijo/a es culpa nuestro” “Teníamos que haber hecho algo antes” o “Lo teníamos que haber hecho diferente”. Yo siempre les digo que uno hace lo mejor que sabe con la información que tiene. De nada sirve buscar culpables pues ellos ya no son la misma persona que hace un año, ni hace un mes ni siquiera hace un día…
Así que lo importante no es como han llegado a esa situación sino como lo solucionamos.
Ahora, les voy a contar una historia. María era una chica que se había casado siendo muy joven con Juan. Como todas las parejas se casaron enamorados y pensando que se iban a comer el mundo.
Juan era un chico brillante que trabajaba de informático en una empresa donde a base de mucha dedicación y tiempo fue escalando posiciones hasta ocupar un cargo de responsabilidad. La idea de Juan era poderse ganar muy bien la vida y que él y María tuvieran todo lo que habían deseado de pequeños y que por cuestiones económicas no pudieron tener.
Curiosamente a medida que Juan iba teniendo más éxito laboral y económico María se iba sintiendo más y más sola, ya que Juan se veía obligado por su trabajo a quedarse hasta tarde en la oficina.
María le había dicho en repetidas ocasiones que ella no necesitaba grandes lujos ni una mansión ni un coche deportivo. Lo único que ella quería era estar con él. Echaba de menos pasar tiempo con él, reírse, hablar y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Ya no salían a cenar ni tampoco quedaban con sus amigos. ¿Por qué Juan no lo entendía?
Por su parte, Juan tampoco comprendía la posición de María. Si todo lo que estaba haciendo era por ella, para que no le faltará nada. Era cierto, que algunos días se había tenido que quedar hasta las 9:00 pm en la oficina, y a veces incluso se había visto obligado a trabajar los sábados. Cuando llegaba a casa lo único que quería era descansar y relajarse ¡No le apetecía hablar! ¡En la oficina se pasaba el día hablando por teléfono! ¿Por qué María no lo entendía? ¡Él lo hacía por los dos!
Poco a poco entre ellos se fue construyendo una barrera infranqueable y las discusiones empezaron a aparecer. Parecían dos extraños viviendo juntos.
Un día, tenían que ir a pasar el fin de semana a casa de Marta, una amiga de hace años. Era el cumpleaños de Marta y a María le hacía mucha ilusión ir a visitarla. Hacía tiempo que no se veían. Juan le había prometido que ese sábado no trabajaría y asistiría al cumpleaños de su amiga, sin embargo el viernes, Juan le dijo a María que el sábado tenía una reunión y que no podía ir; así que discutieron.
María se fue sola una vez más; aunque en esta ocasión no estaba dispuesta a que la discusión con Juan le arruinará el fin de semana.
En la fiesta se encontró con Marcos, su primer amor del Instituto. Empezaron a hablar y conectaron enseguida. Marcos la hizo sentir como hacía tiempo que no se sentía. Como si el tiempo se hubiera detenido y no hubiera nadie más importante que ella. El domingo, después de comer cuando todo el mundo empezó a despedirse Marcos le había propuesto irse juntos y pasar la noche en una cabaña que él tenía en el pueblo de al lado. María dudó unos instantes. Aún estaba enfada con Juan por haber roto otra vez una promesa; así que al final aceptó la invitación de Marcos.
Cuando Marta vio a su amiga irse con Marcos, se sintió celosa. Marta llevaba años enamorada en secreto de Marcos.
Esa noche, María se acostó con él. Después cuando el sol empezó a asomar por la ventana, María cogió sus cosas y se dispuso a tomar un taxi y marcharse a su casa.
De camino a casa, se dio cuenta de que le habían robado el monedero y que no podía pagar al taxista. Llamó a Marcos para que le ayudará, pero este se excusó diciendo que llegó tarde al trabajo y que ahora no podía pedir permiso para salir.
María llamó a su amiga Marta para que le prestará dinero, pero esta se negó diciendo que no aprobaba su comportamiento. El taxista cuando se enteró de que no tenía dinero la dejó tirada en un descampado a 1 Km de Barcelona, así que María tuvo que seguir caminando lo que le quedaba de trayecto. En el camino, se cruzó con un gitano quien la mató cuando ella se negó a darle su bolso.
Y ahora llegado a este punto les pregunto. ¿Quién es el más culpable de que María haya sido asesinada? ¿Juan por estar más preocupado por su trabajo que por María? ¿De María por acostarse con otro, en vez de irse a su casa el día anterior? ¿De su amiga, Marta, por no ayudarla? ¿Del taxista por dejarla abandonada en medio de la nada? ¿Del gitano por matarla? ¿Hay alguien más culpable que otro o todos son culpables por igual? ¿Es una cuestión de culpa o de responsabilidad?
En el ejemplo anterior quizás está muy claro. Ahora déjeme que le cuente un caso. Ana tenía 12 años cuando llegó a mi consulta. Sus padres me contaron que des de que la niña tenía 6 años, habían 3 compañeras de clase que le hacían la vida imposible. Al principio, sólo la insultaban, luego llegaron los empujones. Después las zancadillas hasta que con el paso del tiempo llegó el día en que le pegaron. La cogieron en el baño, le dieron varias patadas y le tiraron de los pelos.
Los padres, se quejaron al colegio y estos le quitaron importancia diciendo que era un hecho aislado que sólo eran cosas de críos.
Su tutora, me dijo que Ana tenía que aprender a defenderse sola.
Ante la insistencia de los padres de que no era la primera vez que estas niñas la molestaban, el colegio decidió que a la hora de patio Ana viniera a la sala de profesores y se quedará allí con ellos. Eso sí, los “agresores” recibieron sólo una reprimenda y se quedaron una semana sin patio.
Ana no quería ir al colegio porque tenía miedo y con 12 años ya había verbalizado que quería dejar de estudiar. En casa estaba de muy mal humor. Según sus padres se pasaba el día enfadada y cuando le llamaban la atención por algo se había puesto a llorar desconsoladamente.
Después de trabajar con ella, conseguimos que Ana siguiera estudiando; que mejorara su autoestima y que mejorara su rendimiento académico.
Y ahora le pregunto, ¿de quien es la culpa de lo que le ocurrió a Ana? ¿De los niños que le pegaron? ¿De los padres de los niños que la agredieron por no educar mejor a sus hijos? ¿Del colegio por no proteger a Ana? ¿O de los otros compañeros que aun sabiendo lo que ocurría nadie dijo e hizo nada para evitarlo?
¿Qué podemos hacer?
- Enseñarles a:
- Pensar por sí mismos en lugar de seguir la corriente.
- Utilizar el sentido común y a cuestionar las cosas.
- Confiar en sí mismos.
- No quedarse callado ante una injusticia
- Asumir sus responsabilidades
- Aceptar las consecuencias de sus actos, sean los que sean.
Aprenda junto a Gloria Farran (Master en PNL y Psicóloga especialista en Educación, Comunicación y Emociones para niños y jóvenes) Técnicas y estrategias para mejorar las relaciones y la comunicación con los niños y adolescentes en el seminario «Hacia una Educación Excelente» este 21 y 22 de agosto en nuestra escuela. Tendrá herramientas para guiar a los menores hacia un modelo de educación excelente donde puedan estar motivados en todo momento; y donde los podamos dotar de confianza y de recursos para hacer frente a los obstáculos del día a día. No desaproveche esta oportunidad y aprenda una herramienta de alto impacto para educar.
Más info en: https://escuelaeuropeamensvenilia.lpages.co/hacia-una-educ…/
Más info en: https://escuelaeuropeamensvenilia.lpages.co/hacia-una-educ…/
Teléfonos: 2221-1339 / 9435-1847 / 9442-3788
Whatsapp: 3384-5874
info@mensvenilia.hn